top of page
Foto del escritorColegio de Profesores del Perú

TUMBES

Actualizado: 31 dic 2022


CREACIÓN

Tumbes fue elevado a la categoría de departamento el 5 de noviembre de 1942 como reconocimiento a su apoyo a las fuerzas armadas peruanas frente a los ecuatorianos. Luego de la batalla de Zarumilla (julio de 1941) el conflicto fue resuelto con la firma del Acta de Talara, antecesora del Protocolo de Río de Janeiro que puso fin a la guerra.


PROVINCIAS


Tumbes capital Tumbes

Zarumilla capital Zarumilla

Contralmirante Villar capital Zorritos

LUGARES TURÍSTICOS

Ciudad de Tumbes

La ciudad tiene varias zonas de interés para los viajeros. Tumbes es una ciudad calurosa debido a su clima tropical. Hay épocas lluviosas y secas debido a la estación. Para muchos locales del lugar el zona es abrupto y agotador, por lo cual muchos negocios cierran al mediodía porque no pueden trabajar. La ciudad se encuentra en vía de progreso y en los últimos tiempos se han construido diversos monumentos, plazas, alamedas y arquitecturas nuevas.

Entre sus atractivos se encuentra la Plaza de Armas. Adornada por esculturas de Víctor Delfín destacado escultor peruano. La Plaza destaca por la Concha Acústica y el Monumento de integración peruano - ecuatoriano. Cerca de la plaza está la Catedral, el Palacio Municipal, el paseo peatonal concordia peruano-ecuatoriana y diversas casonas coloniales.



Punta Sal, Contralmirante Villar

Punta Sal es una de las playas más bellas del litoral peruano. Se encuentra en el kilómetro 1.187 de la Panamericana Norte. Durante todo el año goza de un excelente clima. El balneario se divide en dos zonas Punta Sal Chico y Punta Sal Grande. El primero tiene una forma curvada y arena blanca. El segundo tiene muchas casas frente al mar. Mucha gente llega a vacacionar y alejarse del ruido. La mayoría de veces son familias o grupos de amigos.

Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes, Tumbes—Zarumilla

Una de las zonas más increíbles de Tumbes es el Santuario Nacional. La región impresionante y es considerada una área intangible de acceso limitado, declarada área natural protegida desde 1998. El lugar conserva el ecosistema en su estado más puro por eso es de difícil acceso para la mayoría de viajeros. El acceso principal y Control de la zona protegida es por el Algarrobo, a unos 20 kilómetros de Tumbes, entrando por la Panamericana Norte.

El Santuario es una muestra representativa de los bosques de manglares en Perú. Es una belleza de la naturaleza, con una gran diversidad de especies marinas como 34 especies de crustáceos, 24 moluscos, conchas negras, 105 variedades de peces, alrededor de 120 especies de aves y muchos animales en extinción tal como la nutria del noroeste, el oso manglero, el cocodrilo americano y otros más.

Se les considera áreas privilegiadas a nivel mundial, por su gran belleza ambiental y su fauna y flora.

Puerto Pizarro, Tumbes

Es un puerto de pescadores que se encuentra a 13 kilómetros de la ciudad de Tumbes. La gente se dedica a pescar y a practicar deportes acuáticos. Al llegar los viajeros pueden aprovechar de dar un paseo en bote o lancha y comer un cebiche de conchas negras. Tiene una bella vista que puede aprovechar para tomar buenas fotografías.

Zorritos, Contralmirante Villar

Zorritos es un pueblo lleno de sol que se encuentra en la provincia de Contralmirante Villar, ofrece una gran diversidad de atractivos. Presenta una bella playa de arena donde llegan muchos visitantes, bañistas y locales a gozar del sol. Una de las partes más recomendadas es el Geiser de Aguas Termales, se le denominó así porque es el resultado de una perforación realizada en el siglo XIX. El tubo original se puso en un inicio para extraer petróleo, del cual no surgió el oro negro sino una corriente de aguas termales con propiedades minerales. El cual es utilizado por muchos viajeros y locales. Los otros Baños Termales de Hervideros o Baños de Barro parecidos a las aguas Geiser, el cual se encuentra a 5 km de Bocapán, al sur de Zorritos. Al cual se le atribuyen propiedades medicinales. Existen varias pozos, la gente los considera prodigiosos por su naturaleza.

Aguas Verdes, Zarumilla

Aguas Verdes es una ciudad colindante con la localidad ecuatoriana de Huaquillas a la que se encuentra unida por el puente internacional en la zona de libre tránsito. Forma parte de la frontera con Ecuador.


DANZAS



· CARNAVAL DE GARBANZAL.

· COSECHA DE PLATANOS.

· LAS CUMANANAS.

· LA DANZA DE LA PAVA.

· LA MARINERA NORTEÑA.

· EL ALCATRAZ.

· LOS TABACALEROS.

L I T E R A T U R A

LEYENDAS

LAS MUSAS DE PUERTO PIZARRO

(De Mitos y Leyendas de la hermosa ciudad de Tumbes)

Se dice que el señor Lucho Ramírez tuvo un sueño sobre la historia de la "Isla del amor" -Puerto Pizarro–, en ese sueño, se describe la siguiente historia:

Hace muchísimos años atrás, había una familia, dueño de una próspera hacienda cerca del pueblo de Puerto Pizarro. Tuvieron una hija llamada Natalia. Ella era una niña de catorce años, muy sencilla como para pertenecer a una familia que ostentaba riqueza. A ella la encantaba realizar los quehaceres del hogar, pero a su madre Gertrudis le disgustaba que haga los quehaceres de la casa. Ella tenía a su prometido Mario, hijo de otro hacendado muy poderoso que vivía en Francia y que vendría a buscarla el próximo año para casarse.

Tenía una nana llamada María quien era la que siempre la aconsejaba y tenía el don de ver el futuro. Ella, leyó el futuro de Natalia que tendría un amor que iba hacer el más grande de la historia y que iba incluso vencer a la misma muerte, pero le advirtió que antes iba sufrir mucho y que ese amor haría brotar lágrimas de sangre.

Una mañana ella estaba cantando mientras tendía la ropa en su cordel de metal que se encontraba en el corral de su casa, entre las ramas que limitan el corral con el mangle, en eso se asomó un joven de nombre Juan, la miró y le preguntó que si ella era un ángel, además le dijo que nunca en su vida había visto una mujer de piel como la espuma de las olas del mar o como las nubes; desde entonces nació el sentimiento más bello del universo, el amor.

Los familiares se enteraron de tal romance, quienes enviaron a golpear a Juan y comenzaron alistar a su hija para enviarla al extranjero donde se encontraba su prometido, pero gracias a la ayuda de su nana logró escapar y se fue en busca de Juan, y ambos huyeron de ese lugar.

Su vida era maravillosa, eran pobres pero muy felices. Por casualidad del destino Natalia se encontró con su nana y al ser preguntado por su amado, ella le dijo que él aprovechaba la luna llena para realizar mejor la extracción de cangrejos y conchas. Pero la nana le advirtió que no era una luna llena cualquiera sino, una luna llena negra. Esta luna poseía muchos encantos, donde salían las sirenas del mar, los encantaban a los pescadores y se los llevaban al fondo del mar. Ante esta advertencia, ella se puso a llorar y le dijo que solo el amor y el valor cambiarían su destino. Natalia se puso su vestido blanco, de guerrera, bordados de animales marinos, luego se internó en el manglar. En la semioscuridad divisó el cuerpo de un hombre tirado en la orilla de la isla, se acercó a él y reconoció que era Juan. Desesperada gritó y lloró con tanta fuerza que el mangle se remeció, miró a la luna llena negra y lanzó una maldición que a su vez era un encanto: "Toda pareja que se ame y venga a esta isla, uno de ellos se quedará aquí, para siempre". Después de decir eso, de sus ojos salieron lágrimas de sangre y del mar salieron varias sirenas y se inclinaron ante ella le dijeron que venían encomendadas por su diosa y que deseaban llevarla a un lugar llamado el País de los Seres Maravillosos, en ese lugar no existía el sufrimiento, allí estaría feliz con su amado.

En ese instante las sirenas le devolvieron la vida a su amado Juan y a ella la vistieron con un traje dorado semejante a una diosa, y del mar salieron hombres peces que las subieron al trono de la diosa, mientras las sirenas, de vestiduras blancas, danzan alrededor de ella.

La dulzura de la música hizo que Lucho Ramírez se despertara sobresaltado, y como si su sueño hubiese sido real comenzó a reconstruir esta hermosa historia de amor. Así se originó la Danza de las musas.


C U E N T O S



GRITOS EN LA ENCAÑADA

(CUENTO PRESENTADO AL I CONCURSO NACIONAL DE CUENTOS,pOESÍAS Y ENSAYOS PEDAGÓGICOS ORGANIZADO POR EL COLEGIO DE PROFESORES DEL PERÚ 2022).

Héctor Ancajima Fernández.

Tumbes


En Pechichal, la “Loma de jabón”, con su traje de colores, bailaba al son de la lluvia… el sol sobre las colinas, huye escondiendo su rostro de luz, y en sordo rumor el agua salta sobre las rocas y greda para luego correr en el espacioso cauce. Zigzagueante, y con mucho esfuerzo, avanza el beodo, a través del espeso barro de la encañada.

Tambaleando, y sorteando las piedras salientes, asciende hasta la amplia meseta, hasta la cabaña de amplio corralón para sus animales, allí los esperan su compañera y su hijo.

¡Ábreme la puerta mujer! ¡Abre que yo no espero! - gritaba a grandes voces – mientras con sus recios dedos se aferraba a las ramas de los pequeños ficus, mudos guardianes, cuyas ramas señalan la sinuosa senda en la pendiente del cerro.

Yo tomo mi aguardiente,

no me asusta el temporal,

no le temo ni a la muerte,

soy buen gallo en mi corral.

Aún tuvo tiempo de entonar la cumanana siniestra al tiempo que sus puños hacían temblar las entrañas de la puerta.

¡Juana, ábreme la puerta! ¡Abre la puerta! ¿no ves que estoy llegando? … ¡ya verás! …

estoy empapau… maldito aguacero… malditos todos, ¡Caracho! …

No terminó de escupir las blasfemias de siempre,… el filo brillante de un cuchillo las ahogó al clavarse con furia en el pecho, para luego desplomarse en el umbral, tras el chillido de la puerta…

Escuché otra vez los amenazantes gritos de mi padre, eran los mismos de siempre.

Busqué a mi madre y corrí a la puerta, ¡ella estaba allí! – llevando la tina de aluminio donde comían los chanchos.

¡Ve a tu cama y a dormir! – pronunció con una firmeza que nunca había contemplado.

Era extraño pues siempre se había temblado ante los gritos iracundos de mi padre.

Una extraña luz brillaba en sus ojos, me sello los labios.

Me metí a la cama, mi abrigadora colcha marca tigre envolvió mi ser, y ante la mirada del felino recordé las locuras de mi padre, pues pedía su comida y hacia volar la vianda, lanzaba bancos y destruía mesas, cegado de furia golpeaba a mi madre y la arrastraba tomándola por los cabellos. ¿No querrás irte de nuevo a Lima? - ¡No olvides; de mí y de naydes! – y la tiraba al suelo. Esto me irritaba y cual felino me prendía en la pretina de su pantalón por la espalda, pero su recio brazo me hacía rodar cual calabaza.

Yo asustado, corría a sus brazos. En medio del llanto me calmaba – ¡No te asustes hijo, sólo está borracho! ¡Cuando seas grande no seas como tu padre!

- ¡Ve donde mi madrina Vito, hijo, dile que venga! – Suplicaba mi madre.

Cual flecha herida cruzaba veloz la encañada - ¿A estas horas? ¡Ya sé por qué vienes!

¿De seguro otra vez se enloqueció el Cuchibibe?

Avanzamos entre las sombras el resbaladizo camino, sorteando las piedras y el terreno fangoso, tomados de la mano y la anciana apoyada en su cayado de algarrobo, cargando su bolso repleto de yerbas y emplastos con los que limpió las heridas y hematomas. - ¡Vean pue como te ha dejao, el maldito! ¡Mañana le doy su buena requintada!

En el alba, sujetando un azote en sus nudosas manos, la vieja Vito le increpaba al borracho - ¿Hasta cuándo vas a seguir así, como un salvaje? ¿Qué ejemplo le das a tu hijo? ¡Cualquier día vas a matar a tu pobre mujer! – y le arriaba latigazos con todas sus fuerzas. - ¡Perdone Ña Vito, se me pasó la mano, estaba mareado!

Una vez escuché a mi abuela una conversación, que cuando mi madre estudiaba, eran enamorados con mi papá; pero nadie estaba de acuerdo.

- ¿Va a estar bueno esto? ¡La Juana, anda de amores con el Cuchibibe! ¡Esos son flojos, son borrachos y hasta de mala costumbre! – Había dicho mi abuelo - ¡Se me va a Lima, donde mi hermano Federico!

En la capital, ella se había conocido con un joven, eran muy buenos amigos.

La Juana volvió. Pero a los meses, el buen doncel llegó a Pechichal con sus padres para pedir la mano y hasta fijaron la fecha del matrimonio, hicieron todos los preparativos, pero el día de la boda, el Cuchibibe se la robó y no hubo casamiento. Por ello cuando se embriagaba le arrostraba haberle hecho caso a un limeño.

Tantos recuerdos nublaron mis ojos que se cerraron escuchando el graznido lúgubre de las lechuzas, el rugido del viento y el llanto de la lluvia.

¡Vecina Julia abra la puerta! ¡Han matado a don Cuchibibe! - eran los gritos

despertando el alba, de los vecinos que a cada momento subían, cruzando a la carrera la encañada.

¡Pum, pum! - resonaba la frágil puerta de calamina y marco de cedro.

¡Han matado al Cuchibibe!, han apuñaleau al borracho! – clamaban los curiosos.

¿Quién lo habrá matado, mi diosito? ¿Quién habrá sido el malvado? -

Y en el suelo húmedo, a un metro de la puerta, yacía inerte, sus negros ojos mirando el infinito, en la faz cobriza y serena destacaban sus amplios labios, y su pulcra camisa manga larga arremangada en los puños, sangrante, mostraba en silencio la mortal herida. Sangre y barro salpicado cubrían su pantalón con pliegues y sus botas de cuero; y a un costado, cual cosa baldía, una botella vacía de “Patito seco”

No sé de dónde salió, había un mar de gente, tanta gente, estaban sus familiares entre ellos mi pobre abuela que aferrada al cadáver del hijo gritaba - ¿Quién ha matado a mi hijo? ¡Él no se metía con nadie, él era bueno!

¿Pero dónde está la sangre? ¿Cómo llegó hasta aquí?¿Se desangró en el camino?

¡Más que seguro lo han atacado en la encañada y no hay sangre por la lluvia!

Luego llegó la policía de San Jacinto, después de indagar e inspeccionar los

alrededores, se retiraron llevando la destartalada camisa del occiso. El médico de la posta certificó el deceso. - ¡Encuentren a los asesinos de mi hijo!

Entre llantos de plañideras, mi madre recibía el pésame, a la par que cortaba en

menudos trozos el plátano y hojas de yuca cosechados en el rozo y disolviendo en la tina de aluminio el polvillo para la media docena de chanchos que gruñían

hambrientos en el corral.

Era la hora del crepúsculo, nuevamente la policía, no habían noticias de los asesinos del campesino. Los cerdos gruñían en el lodazal. Un uniformado los ausculta y de pronto: ¡Jefe observe las barbas de los chanchos, sí, los pelos de las trompas y las manchas de la cara, parece sangre! - ¡Tienes razón! – contesto el superior.

¡Levanten los animales, al laboratorio, la prueba de luminol!

Dos días de duelo, un rechoncho rezador de sonrosadas mejillas, girando un rosario en sus manos, tejía alabanzas y pedidos por el alma del difunto, mientras los vecinos pasaban la noche entre chácharas y tragos de aguardiente.

Medio día el sol brilla con su oro en el valle, es la hora del sepelio, llegan los

acompañantes, han interrumpido sus faenas en sus chacras y rozos- ¡Estas son cosas prestadas!

En el camino al cerro unas siluetas brillan, son varios uniformados, irrumpen en la cabaña, buscan a mi progenitora. ¿La señora Juana? - ¡Si señor! – respondió y se demudó su rostro.

¡Hemos hechos las pesquisas necesarias, no nos haga perder tiempo! Respóndame ¿quién mató a su esposo y por qué?

“Yo fui oficial, estaba harta de tanto maltrato, las denuncias no tienen eco en las

comisarías y la justicia no se cumple en los tribunales. Por eso alisté el cuchillo de matar a los cerdos, y también la tina… “– no pudo continuar, aturdida por el peso de la conciencia y el dolor de las lágrimas.

¡Y en la tina recogiste la sangre y luego la diste a comer a los puercos, para hacer creer que lo habían asesinado en otro lugar y no aquí! ¿Es cierto? - Mi madre asistió moviendo lentamente la cabeza. - ¡Suficiente, enmarróquenla! – Bramó el policía.

Esposada y flanqueada por los policías, la autora de mis días, inicio el descenso, entre insultos y gritos del gentío. Estaba confundido, pero fui a su encuentro - ¡hijo mío, mi pequeño, perdóname!- me acogió en su regazo, sujeté su vestido, hasta que la vieja Vito, me jaló del brazo. - ¡Se quedará conmigo, yo lo cuidaré!

El acompañamiento fúnebre descendió cruzando la quebrada rumbo al campo santo, mientras la acusada subía a una camioneta de la policía.

Recuerdo siempre las palabras de mamá- ¡Cuando seas grande no seas como tu padre!

Han pasado ya varios años, voy a terminar la primaria; pero aún no puedo verla.

Contemplo la oscura carretera con su cuerpo de serpiente desde mi cabaña vacía, escucho el canto de los negros y chilalos, los gritos del campo y el viento cruzando la encañada.

Canta el negro en la encañada,

canta el viento con el sol,

al retorno de mi madre,

con ella cantaré yo.

576 visualizaciones0 comentarios

Comentarios


bottom of page